Alma salvaje, corazón indomable
¿Quién es Néstor?
Actualmente se dedica a la fotografía como guía internacional y formador. Un trabajo que le ha permitido ir descubriendo parajes impresionantes por todo el mundo. Intenta plasmar lo que ve y lo que siente a través de su cámara réflex. Pertenece al grupo de embajadores de Canon Pro-Master y coordina el grupo de guías internacionales de paisaje de WildWatching Spain. Además, colabora como profesor en la academia de fotógrafos de Mario Rubio y es miembro de la asociación española de fotógrafos de naturaleza (AEFIBA)
Los alumnos de la UFV a través de aula fotografía realizaron el año pasado un taller con él y el fotógrafo Sergio Abevilla en Somiedo (Asturias). Realizando fotografía de paisaje y fotografía nocturna por unos parajes increíbles.
Entrevista:
¿Cómo organizas tus talleres? ¿Das primero la teoría y luego la práctica?
Los talleres los hacemos directamente en el campo. Preferimos no dar primero la teoría y luego la práctica. En algunos aspectos de la fotografía concretamente en la de paisaje es mejor explicar por qué hay que sedar el agua con un segundo y que lo veas con tus propios ojos.
Primero vamos a los sitios, elegimos de cada sitio entre ocho y diez localizaciones y de esas, nos quedamos con dos amaneceres y dos atardeceres. En caso de que una localización no pueda hacerse, tenemos plan b y plan c.
¿Qué técnicas enseñaste a los alumnos de la UFV en el taller de Somiedo?
Lo primero que aprendemos es componer fotografía de paisaje. Desde un gran angular hasta ir cerrando y quedarnos con lo realmente interesante de la escena con la que estamos trabajando. Vimos como trabajar fotografía de larga exposición con diferentes escenas, desde una cascada hasta fotografía de cielo profundo.
¿Qué equipo fotográfico era necesario para el taller?
Principalmente una cámara y un trípode. Y a partir de ahí para hacer fotografía de larga exposición podemos utilizar un angular o un teleobjetivo dependiendo de lo que queramos sacar. Pero principalmente cámara, trípode y algún filtro para alargar la exposición.
Néstor Rodan
¿Qué tipo de filtros son los aconsejables en este tipo de fotografía?
Los filtros que deberíamos usar, tener o al menos entender, son cuatro. Bien, el primero el polarizador que nos quita los reflejos. Hemos visto en el agua que polarizando o girando el polarizador conseguimos ver el fondo o conseguimos anular los reflejos.
El segundo es un filtro de densidad neutra de seis pasos con eso alargamos la exposición. Con un filtro de seis pasos la cámara enfoca y nosotros abriendo el diafragma podemos conseguir regular el tiempo de exposición que queramos. Con un filtro de seis pasos nos valdría.
Y por último serían: el degradado normal y el degradado inverso. El normal cuando tenemos paisajes montañosos como es el caso de Somiedo y el inverso para zonas con un horizonte plano como puede ser la línea del horizonte en el mar.
¿Eres mucho de procesar la foto? ¿Tienes algunos parámetros que recomiendes al editar las fotos?
Cada foto tiene su proceso de retoque. No hay una varita mágica que toques y haga todas las fotos igual. A mí me gusta tocar contraste y saturación. Contrastar la foto y saturación y me gusta no tener zonas quemadas en la fotografía. Todas las fotos se tocan un poco en edición, pero prefiero llevar la máxima cantidad del trabajo realizado desde la cámara.
UN PASEO POR SOMIEDO
Este viaje lo realizamos el fin de semana. El primer día, tras una parada intermedia en León, nos dirigimos hacia Asturias, dejamos las maletas y con la cámara en mano, nos fuimos a disfrutar de las últimas luces del día, jugando con el sol escondiéndose por detrás de las altas montañas y con los flare que este provoca. Tampoco dejamos pasar las luces reflejadas y la niebla que asomaba por el valle. Cuando se fue la luz practicamos la técnica de larga exposición con un coche bajando por la carretera, donde dejando el obturador abierto unos cuantos segundos o minutos, disfrutamos de esas bonitas estelas que dejan las luces del coche. Para conseguir esta técnica, hay que poner una apertura de diafragma entre f8 y f11 y el ISO más bajo, lo que normalmente es ISO 100.
Ana Castro
Trás probar este estilo de fotografías, iluminamos uno de los todoterrenos con los que íbamos para sacar el coche en primer plano con un contraluz de las montañas y la luz que aportaba la Vía Láctea y la cantidad de estrellas que había en el cielo aquella noche. Para conseguir captar bien la Vía Láctea con calidad en tus fotos, la técnica es abrir a la máxima apertura que deje tu cámara, un ISO entre 3200 y 6400 y el último parámetro sería con una velocidad entre 10 y 25 segundos.
La mañana del sábado algunos de los alumnos, que se levantaron con ganas de empezar el día, dieron una vuelta por el pequeño pueblo, Pola de Somiedo, con el característico encanto rústico que tiene. Con la tripa ya llena, después de un rico desayuno cogimos rumbo con los 4×4 y fuimos a las tan conocidas cabañas de Somiedo, también conocidas como brañas de Somiedo.
A media tarde, seguimos disfrutando por el camino a los lagos de Somiedo, de unas maravillosas cascadas. Entre vegetación, y las luces y sombras que esta causa. Una vez llegamos a los lagos, pudimos disfrutar de una maravillosa puesta de sol, otra vez se asomó la niebla entre las montañas, donde alguno aprovechó a hacer algún que otro Time Lapse.
Marina Martínez
Una vez más, a la luz de la luna, salimos en la búsqueda de fotografiar la Vía Láctea, la luna y estrellas. Fue a entradas horas de la noche, cuando asomó la Vía Láctea entre montañas, pero al final hubo unas bonitas fotos como resultado.
El último día una vez más disfrutamos de la salida del sol. Esos amaneceres que tan solo, algunos afortunados podemos disfrutarlos. Fuimos a la cima de una de las montañas que rodean esos lagos en los que estuvimos la tarde anterior.
Ana Castro
Y ya para terminar la mañana, antes de la vuelta a la capital disfrutamos muy cerca de una cascada increíble, y muy poco concurrida. Para conseguir esa técnica del agua sedosa en movimiento hay que dejar una velocidad de obturación lenta.
Ana Castro
Aunque es de extrañar, no disfrutamos de ningún avistamiento de oso, esto es algo muy típico de la zona. Nos quedamos con las ganas, pero así quedó una excusa para volver a disfrutar de parajes tan idílicos y de la naturaleza que le caracteriza a Somiedo.