KENIA 2023, EN BUSCA DE LOS “BIG FIVE”
El pasado mes de noviembre, tuvimos la oportunidad de visitar uno de los destinos turísticos preferidos para cualquiera amante de la fotografía. Un destino donde fotógrafo y naturaleza se funden en espectaculares safaris en los que la vida animal se muestra en su máximo esplendor.
Hablamos por supuesto de Kenia, un país de África oriental, bañado por el Océano Índico, y dominado por sus bastas llanuras y sus sistemas montañosos. Su capital, Nairobi, es el principal motor económico del país y la ciudad más poblada, cuenta con cerca de 6 millones de habitantes. Cuarenta grupos étnicos, siendo los principales los Kikuyu y los Masái, conforman este basto país, principalmente dedicada al turismo, la agricultura y la ganadería.
Kenia está considerada una de las cunas de la humanidad, gracias al hallazgo de diferentes restos arqueológicos de los antepasados más antiguos del ser humano. Su pasado como colonia británica hasta 1963 ha impregnado cultural y arquitectónicamente el país.
Durante siete intensas jornadas recorrimos el centro y oeste del país, cruzando en varias ocasiones de hemisferio, y haciendo parada en puntos tan reseñables como: Samburu Park, el lago Nakuru y Naivasha o el parque Masái Mara. El parque más conocido del país, no solo por la tribu que le da nombre, si no por ser el epicentro de la gran migración anual que cruza de Kenia a Tanzania, dejando, para la retina de los que la presencian, espectaculares imágenes de ñúes, cebras o antílopes intentando cruzar el lago Mara para llegar sanos y salvos a su destino final ante la atenta presencia de sus depredadores.
Nuestro viaje comenzó en el aeropuerto internacional Adolfo Suarez-Madrid Barajas, hechas las presentaciones y facturado el equipaje nos embarcamos rumbo Nairobi haciendo una pequeña escala en el Cairo para retomar fuerzas y estirar las piernas. Nairobi nos recibió de madrugada con una temperatura excelentemente cálida y una humedad elevada. Nuestro guía aguardaba impaciente nuestra llegada, escoltado por dos expertos conductores keniatas, Pedro y Cristóbal, que serían a partir de ese momento los capitanes de los dos todoterrenos que nos llevaría de un lado a otro de Kenia. Unos vehículos 4×4 preparados para cualquier situación y terreno, y con amplias comodidades para los integrantes de cada uno coche.
Divididos en dos grupos, pusieron rumbo al norte cargados con nuestros equipos fotográficos a la busca de los cinco grandes: leones, leopardos, elefantes, búfalos cafres y rinocerontes. Nuestro primer destino fue la Reserva Nacional de Samburu integrado por tres parques adyacentes: el Búfalo Springs, Laikipia, y la Shaba. El principal atractivo de esta región es la Cebra Grévy, una raza de este equino mucho más grande que la común y que resalta por sus orejas redondas como si fuera el famoso ratón de Disney, Mickey Mouse.
Nuestro viaje comenzó en el aeropuerto internacional Adolfo Suarez-Madrid Barajas, hechas las presentaciones y facturado el equipaje nos embarcamos rumbo Nairobi haciendo una pequeña escala en el Cairo para retomar fuerzas y estirar las piernas. Nairobi nos recibió de madrugada con una temperatura excelentemente cálida y una humedad elevada. Nuestro guía aguardaba impaciente nuestra llegada, escoltado por dos expertos conductores keniatas, Pedro y Cristóbal, que serían a partir de ese momento los capitanes de los dos todoterrenos que nos llevaría de un lado a otro de Kenia. Unos vehículos 4×4 preparados para cualquier situación y terreno, y con amplias comodidades para los integrantes de cada uno coche.
Divididos en dos grupos, pusieron rumbo al norte cargados con nuestros equipos fotográficos a la busca de los cinco grandes: leones, leopardos, elefantes, búfalos cafres y rinocerontes. Nuestro primer destino fue la Reserva Nacional de Samburu integrado por tres parques adyacentes: el Búfalo Springs, Laikipia, y la Shaba. El principal atractivo de esta región es la Cebra Grévy, una raza de este equino mucho más grande que la común y que resalta por sus orejas redondas como si fuera el famoso ratón de Disney, Mickey Mouse.
Nuestro primer safari nos brindó el primer “Big Five”: el elefante. Un impresionante animal de seis toneladas que encontramos en medio de un camino tomando un tentempié. Además, pudimos ver otros animales como: gacelas, impalas, antílopes de agua, órices, así como un gran número de aves. Nuestro alojamiento fue en el campamento, Samburu Sopa Camp, un alojamiento en mitad de la reserva de Samburu que nos permitió disfrutar de una experiencia única y diferente, rodeados de toda la fauna salvaje.
Tras descansar en el campamento y un safari al amanecer por la reserva, pusimos rumbo a la Reserva Sweetwaters, el santuario más grande de África del rinoceronte Negro, a los pies del Monte Kenya (5.200m s. n. m.), y hogar de los tres últimos ejemplares de rinoceronte blanco del norte. El objetivo era seguir buscando al resto de los cinco grandes, localizamos al rinoceronte blanco y negro, así como el búfalo. Pasamos la noche en el Sweetwaters Serena Camp, rodeados de familias enteras de rinocerontes y antílopes de agua.
Nuestro primer safari nos brindó el primer “Big Five”: el elefante. Un impresionante animal de seis toneladas que encontramos en medio de un camino tomando un tentempié. Además, pudimos ver otros animales como: gacelas, impalas, antílopes de agua, órices, así como un gran número de aves. Nuestro alojamiento fue en el campamento, Samburu Sopa Camp, un alojamiento en mitad de la reserva de Samburu que nos permitió disfrutar de una experiencia única y diferente, rodeados de toda la fauna salvaje.
Tras descansar en el campamento y un safari al amanecer por la reserva, pusimos rumbo a la Reserva Sweetwaters, el santuario más grande de África del rinoceronte Negro, a los pies del Monte Kenya (5.200m s. n. m.), y hogar de los tres últimos ejemplares de rinoceronte blanco del norte. El objetivo era seguir buscando al resto de los cinco grandes, localizamos al rinoceronte blanco y negro, así como el búfalo. Pasamos la noche en el Sweetwaters Serena Camp, rodeados de familias enteras de rinocerontes y antílopes de agua.
A la mañana siguiente, abandonamos Sweetwaters para emprender una nueva ruta hacia nuestro nuevo destino, el Lago Nakuru. Por el camino pudimos observar cómo es el país en su profundidad, pequeños pueblos construidos alrededor de las principales vías de tránsito en donde se utilizan los apeaderos para el comercio local de prácticamente cualquier artículo.
Llegamos a dejar nuestras maletas al Flamingo Hill Tented Camp, dentro del parque Nacional Lago Nakuru, donde pudimos disfrutar de una buena comida para reponer fuerzas del viaje, para más tarde iniciar nuestro safari por los alrededores del lago.
El parque Nacional Lago Nakuru destaca principalmente por la increíble población de flamenco rosa con la que cuentan en la orilla del lago, junto a las familias de hipopótamos que los acompañan. No suele ser habitual ver a los pocos ejemplares de leones que habitan en el parque, por suerte para nosotros pudimos ver un ejemplar macho tumbado en una colina. El cuarto “Big Five” para tachar de nuestra lista. Sin lugar a duda, una de las mejores paradas que realizamos a lo largo del viaje, ya que el Lago Nakuru es, después del Masái Mara, el mejor lugar para admirar la variedad de animales y aves que conviven dentro de él.
Los días avanzaban en el calendario y se acercaba el día de regreso a Madrid, pero no podíamos irnos de Kenia sin visitar el parque más importante del país. Epicentro del gran viaje que año tras año realizan cientos de animales y que implica a dos países, Kenia y Tanzania, la gran migración. Hablamos como no podía ser de otra manera del Masái Mara, hogar de una de las tribus más importantes del país, los Masái.
Durante dos días estuvimos descubriendo este espectacular parque y buscando sin descanso el último de los “Big Five”, el leopardo, pero no hubo suerte. Es el animal más complicado de localizar, ya que duerme en las acacias y únicamente baja para cazar. No obstante, sí que pudimos ver de cerca grandes manadas de leones, guepardos e incluso asistir a los momentos previos al ataque de dos leonas a una manada de cebras.
Tras reponer fuerzas en nuestro campamento, Ashnil Mara Camp, nuestro segundo día en Masái Mara lo pasamos de safari de sol a sol, por lo que a la hora de la comida pudimos realizar un picnic en medio de la sabana, bajo la sombra de una acacia, vigilantes de que ningún depredador viniera a hacernos una visita.
El último día, iniciamos nuestra ruta temprano rumbo a Nairobi, a la salida del parque hicimos una parada para conocer la cultura y costumbres de un pequeño poblado Masái. Más tarde paramos en el Lago Naivasha para realizar el último safari del viaje. A bordo de unas barcas nos acercaron a los hipopótamos y el resto de fauna que habita el lago.
Sobre las últimas horas de la tarde llegamos a Nairobi para realizar una cena en unos de los restaurantes más famosos de la capital, “The Carnivore”, un buffet especializado en carnes de todo tipo y donde puedes comer sin límite. Tras la cena, pusimos rumbo al aeropuerto Internacional Jomo Kenyatta para coger nuestro vuelo que nos regresaría a Madrid. Despedimos a nuestro guía y los conductores, que nos habían acompañado durante estos días, y maleta en mano nos adentramos hacia la terminal. Nuestro viaje había concluido.
Kenia ha sido una aventura maravillosa para todo el grupo de fotógrafos que hemos asistido. Un viaje cargado de emociones, donde hemos podido mimetizarnos con la naturaleza y contemplarla en su máximo esplendo. Donde hemos hecho grandes amistades y compartido anécdotas, impresiones y vivencias que siempre quedarán en nuestra retina.
Visitar nuevos lugares siempre le da al viajero nuevas vivencias y experiencias que le acompañan para siempre. No se me ocurre mejor manera de ampliar esa mochila, que en un viaje centrado en la pasión de una persona. Kenia siempre quedará en nuestros corazones.